Los retos de una economía bimonetaria en la Argentina. ¿Qué está pasando y cómo nos afecta a los ciudadanos?

En el año 2017, en un discurso ante el Senado de la Nación, la ex mandataria Cristina Kirchner acuñó un término que sería definitorio en lo que a la economía doméstica argentina concierne:

"Hay cosas que tenemos que discutir en serio en la República Argentina. Una de ellas es, a mi criterio, la restricción externa, el tema del dólar y la economía bimonetaria, que está vinculada directamente con otro problema estructural de Argentina: la inflación"

Pero, ¿qué es una economía bimonetaria?

El concepto economía bimonetaria hace referencia al fenómeno de la coexistencia de dos tipos de divisas en el mercado interno de un país, específicamente a la circulación conjunta de la moneda local junto a una moneda extranjera. El caso de Argentina no es único; este tipo de desviación financiera impacta a varios países de la región, como Cuba y Venezuela.

Un análisis de Ecolatina resume en muy pocas palabras este fenómeno a través de un ejemplo muy práctico: … “[En Argentina] ganamos y gastamos en pesos, pero ahorramos y pensamos en dólares”.

Veámoslo así, el dinero tiene tres funciones fundamentales. La primera es servir como agente de intercambio (dinero por bienes y servicios), la segunda es la cuantificación (cuánto valen los productos y servicios) y la tercera es el ahorro.

Cuando una moneda pierde alguna de sus funciones, el mercado tiende a regularse con la aparición de una moneda más fiable, en el caso de la Argentina, es el USD. El problema comienza tan pronto como se establece este tipo de economía bimonetaria. El uso de una segunda divisa es solo la punta del iceberg.

Debemos tener en cuenta de que se trata de un proceso en el cual el peso argentino va perdiendo valor frente al USD. Todo esto genera un proceso inflacionario, que a día de hoy ya es imposible de controlar sin afectaciones severas o recortes en gastos sociales.

Por otro lado, con el paso del tiempo aumenta la presión sobre una moneda que cada vez puede proveer menos servicios y bienes. Esto deriva en que el ciudadano argentino que cobra en pesos pierda también su capacidad de compra y la economía se sumerja peligrosamente. De esta manera surgen fenómenos como el mercado informal de divisas, ya que el gobierno no es capaz de ajustarse a la inflación galopante ni proveer una oferta de USD estable.

¿Cómo llegamos hasta aquí?

Uno de los primeros sectores en que este fenómeno comenzó a manifestarse fue en el inmobiliario. Desde hace varios años todas las transacciones asociadas a esta esfera de la economía se realizan en dólares. Si al comienzo fue solo en sectores aislados, ahora se ha extendido a todas las áreas de la economía, tanto a nivel micro como macro.

La rentabilidad del peso también tuvo una importancia significativa en todo este proceso de devaluación. La tasa de interés a plazo fijo durante casi todos los meses a lo largo de 30 años no ha superado a la de cambio. En pocas palabras: quien ahorró en pesos ha estado perdiendo dinero, quien lo hizo en dólares pudo salvar su economía durante este “quilombo financiero”.

La situación ha degenerado hasta tal punto, que a día de hoy más de 250 000 millones de dólares se encuentran fuera del sector financiero de nuestro país.

Teníamos dos caminos, reflotar el peso a través de maniobras políticas complejas de alto riesgo o apostar por la dolarización de la economía. Milei apostó por lo segundo.

Y, mientras los políticos “resuelven”, ¿qué puede hacer el ciudadano de a pie?

Como medida preventiva, y práctica, las familias argentinas deberán crear, en medida de sus posibilidades, colchones financieros que les permitan resistir los embates de la dolarización. A ser posible en dólares.

Hay que tener en cuenta que el actual presidente de la Casa Rosada, Javier Milei, está llevando a cabo una serie de medidas económicas que tienen un fuerte impacto en la economía de casi todos los hogares.

En caso de que te sorprenda algún imprevisto, seas emprendedor o necesites comprar algún bien, quizás te vendría bien saber cómo los microcréditos pueden ayudar en un entorno bimonetario​. Estos son una excelente herramienta financiera para capear temporales y evitarnos situaciones desagradables con el casero o vernos en la necesidad de echar el cierre a nuestro negocio.

Una de las opciones más populares en nuestro país es Crédito Millón. Esto se debe a su gran variedad de ofertas y su capacidad para adaptarse a las necesidades de sus clientes. Además, cuenta con una interfaz muy sencilla y amigable con el usuario. Si necesitas cubrir algún gasto y te falta liquidez, puedes acudir a ellos con la seguridad de recibir un servicio de muy buena calidad.

Otra opción es controlar al detalle nuestra situación financiera. Estar al pendiente de nuestros ingresos y egresos nos permitirá identificar aquellos gastos innecesarios y optimizar aquellos que no podemos dejar de realizar.

Mantenerse al día de la economía de la Argentina, aunque pueda ser un reto, es estrictamente necesario si nos interesa mantener una cierta salud financiera. Conocer las tasas de interés y las medidas que se están llevando a cabo nos aporta una visión global de lo que sucede en nuestro país, ayudándonos a tomar decisiones de forma más acertada.

La dolarización de la economía, ¿una buena opción?

La dolarización trae como consecuencia una bajada significativa del poder adquisitivo tanto del país como del bolsillo de los ciudadanos. Aunque, por otro lado, frena de manera rápida la inflación en el país.

El proceso de por sí, no es para nada sencillo, en Argentina las dificultades se multiplican considerablemente. Hoy estamos viendo los primeros resultados de la política “libertaria”. Si miramos las cifras, la Argentina se encuentra en un proceso de revitalización de su economía, pero, ¿y el otro lado de la moneda?

En tan solo unos pocos meses de mandato los argentinos hemos visto cierres de empresas, recortes, despidos de personal administrativo y una bajada de nuestras condiciones de vida. Sí, la terapia de choque está “salvando del caos al estado”, la pregunta que debemos hacernos es: ¿aguantará nuestra sociedad el costo de esta salvación? El futuro en estos momentos es una incógnita y no a todos nos alcanza la esperanza ni el dinero en la cartera.

La economía bimonetaria cada vez se aleja más del proyecto de Milei, quien se esfuerza por conducirnos por el camino de la “Libertad”. El costo de depender de una moneda extranjera no agrada a muchos, quienes aún creen que es posible salvar el peso argentino.

Los próximos meses dirán quién tenía razón, mientras la ciudadanía tendrá que resistir los embates, una vez más, de la inestabilidad ya casi endémica de nuestra economía.